Un viaje entre la nostalgia y la tecnología
Más o menos tengo ubicado el momento en que la singularidad se presentó ante mí. Fue una noche de un 5 de enero, no sé si de 1996 o 1997. Ya han pasado casi 30 años desde aquel cambio de paradigma, casi 30 años desde aquel día en que llegó a mis manos una PlayStation. Los Reyes Magos terminaban su jornada de reparto en el bar de mi madre y, de paso, dejaban la mandanga para mí y mis hermanos. Y claro, uno de esos regalos era una flamante PlayStation, la máquina que ese año tuvieron a bien traer. No como la Super Nintendo, que pedí años antes y esperé pacientemente, pero que al final llegó muchos años más tarde, cargada de recuerdos de aquella época. Los camellos andaban a lo suyo, como es normal, mientras los barbudos recargaban las pilas a base de bebidas fermentadas y destiladas, carbohidratos, boquerones en vinagre, almendras y altramuces. A ratos también se acercaban a los camellos, imagino que a por algo de mirra, no lo sé, pero en aquellos años no había Red Bull y la noche era más larga y más joven que la de ahora. Yo, a lo mío, flipado perdido con la máquina, observaba de reojo la escena desde la barrera, sin prestar demasiada atención y sin imaginar que, un año después, sería yo quien daría de beber y comer a esos mismos señores, sin un solo regalo que disfrutar. Todo ello gracias a mis notas de verano, cuando suspendí hasta el recreo, repetí curso y, ese mismo verano, terminé sirviendo copas en el bar hasta el fin de los días. Sí, la cagué, pero en buena parte también por la máquina. Buenas viciadas, muy buenas. Pasé de ser un pajillero granudo y un poco viciado a un hombre de bien. También pajillero y granudo, pero viciado en mis ratos libres y con trabajo remunerado en especie y derecho al bote de las propinas. Estudiaba de aquella manera y ayudaba a la familia a salir adelante. Me ganaba la vida imitando algunos momentos de la vida de Jesús de Nazaret: dar de comer al hambriento y de beber al sediento. Algo que, muy amablemente, me recordaba algún feligrés flipado de Extremoduro, sin mala intención. Luego, por la noche, en vez de estudiar, me dedicaba a desconectar de todo dando cera al mando. No llegué especialmente lejos en eso de la formación reglada, pero fueron buenos años que recuerdo con cariño: muchos juegos piratas y lectura de revistas de forma furtiva entre café y café en las tardes de aquellos años.
La era PlayStation
Casi han pasado 30 años de aquello. Era otra España, y el mundo del videojuego también era otro. Pero recuerdo que casi todo el mundo se pilló una PlayStation. No dejábamos de hablar del FIFA, del Colin McRae, del Resident Evil… y los más frikis, del Final Fantasy VII y sus historias de RPGs japos con tropecientas horas de juego. Fue un gran sistema que triunfó sobre la vieja guerra de las consolas y se metió en muchas casas. También generó un negocio underground bastante gordo y lucrativo, con modificaciones a base de estaño, cables y memorias EPROM por 5.000 o 10.000 pelas. Discos Princo, Traxdata o Verbatim con el juego random tostado a 2x y con el nombre escrito a rotulador indeleble, procedente del catálogo en lista fotocopiada, al módico precio de 1.000 pelas la unidad. Una locura que recuerdo bien porque, entre otros, el mismo tío que traía los cupones de la ONCE para vender en mi bareto también traía la fotocopia con el catálogo de PSX disponible. Esa máquina y esa época eran la puta hostia. ¿O no? Pero no quiero irme por las ramas, porque podría extenderme mucho más contando anécdotas con olor a humo de tabaco, cerveza y fritanga. Me encanta este género maloliente, pero hay que volver a la senda. Después de esta introducción y de mi paso de las pajas a los botellines, caminando a ratos entre Gran Turismo, Metal Gear y las tetas piramidales, tengo que hablar de mi libro. Tengo que hablar de lo que me trae aquí: mi custom PC.







PlayStationPC
Me he tirado unas semanas trabajanado en ello y por fin he terminado, por fin he terminado de convertir una PlayStation en un Custom PC, un equipo totalmente funcional que mantiene su esencia y su apariencia original, pero con un interior que he rediseñado completamente. El equipo es la leche, mola lo suyo y permite jugar con mandos originales, pasando por poder cargar juegos en soporte físico o hacer copias de seguridad de tarjetas de memoria originales de PS1.
HARDWARE
- Placa: MSI Industrial 98F6 con CPU Intel J1900 (4 núcleos, 2.42 GHz)
- RAM: 8GB DDR3L cortesia de mi amigo y compañero cacharrero Jon Ander AKA «Mango Tropical»
- Almacenamiento: 2 discos mSATA de 128GB
- Refrigeración: Ventilador radial 4020
- Unidad óptica DVD-R
- Fuente alimentación: Custom 12v-30W
- Adaptador Memory Card: Arduino Nano – MemcArduino
- Adaptador mandos: PS1 controller 2USB
El núcleo del sistema es una placa base MSI Industrial 98F6. Se trata de una placa diseñada para montajes en máquinas industriales, con características muy modestas en cuanto a rendimiento y consumo energético. Aunque no es un PC gaming, su rendimiento es más que suficiente para la emulación de PS1, tareas de preservación y las funciones habituales de un entorno de escritorio. No necesita grandes especificaciones para cumplir con su propósito, y eso es precisamente lo que la hace ideal para este proyecto. Esta placa base proviene de la chatarra tecnológica de la empresa en la que trabajo. Era un hardware que ya no servía para su misión principal, pero que sigue siendo perfectamente válido para el uso que le voy a dar en PlayStationPC. Rescatar y reutilizar tecnología que de otro modo acabaría en un vertedero me parece un punto extra a favor del proyecto.





Refrigeración optimizada
Aunque la placa base cuenta con un disipador pasivo, he añadido un extra de refrigeración para mejorar su estabilidad. Para ello, he instalado un ventilador radial 4020, que, gracias a una gestión optimizada del flujo de aire, garantiza un extra de estabilidad térmica sin aumentar el ruido en exceso. De esta forma, el sistema se mantiene fresco y eficiente, asegurando un rendimiento óptimo incluso en sesiones prolongadas de juego o trabajo.
Fuente de alimentación
- Fuente de 12V 30W integrada en la PCB original
- Interruptor y LED originales totalmente funcionales
He desmontado la fuente de alimentación original porque no ofrecía los requisitos de tensión y potencia necesarios para la placa base. Sin embargo, he aprovechado su PCB, ya que incluye el pulsador de encendido, interruptor, LED y conectores de alimentación, lo cual me ha permitido mantener una integración limpia y funcional. La placa base funciona en modo XT, lo que significa que se enciende al recibir alimentación a través del interruptor de encendido. Además, he conectado el pulsador de reset directamente al conector F-Panel de la placa base, asegurando que el sistema pueda reiniciarse fácilmente cuando sea necesario. Para alimentar todo el sistema, he integrado sobre esa PCB reciclada una fuente de alimentación procedente de un monitor industrial pequeño. Esta fuente ofrece una salida de 30W a 12V, más que suficiente para el hardware que va a alimentar. Gracias a esto, el sistema mantiene un consumo eficiente y estable, sin necesidad de fuentes de alimentación más voluminosas o sobredimensionadas para la tarea.











Conectividad
- Puertos de mando PS1 operativos mediante conversor USB
Este ha sido uno de los puntos que tenía en mente y lo he integrado de puta madre. No solo se mantienen los puertos originales, sino que también mejora la experiencia de uso del equipo, emulando perfectamente a una máquina original y proporcionando esa sensación auténtica de estar utilizando una PS1. Otro puntazo es que se pueden conectar y desconectar mandos en caliente, ya que el conversor está siempre conectado. Esto hace que la experiencia sea aún más fluida y cómoda, sin necesidad de reiniciar o hacer configuraciones adicionales para cada mando.
- Adaptador USB WiFi-Bluetooth,
- 2 Puertos USB traseros y salida HDMI
Unidad óptica
He integrado una unidad óptica de portátil totalmente adaptada al diseño original, permitiendo la carga de juegos físicos sin comprometer en absoluto la estética. Me sorprendí bastante y pegué un salto de alegria al ver la construccion del equipo tras el desmontaje, me encontre que me iba a facilitar mucho la vida, y aunque he tenido que recortar un poco la carcasa para su instalación, he resuelto perfectamente el reto de integración ayudado por piezas impresas en 3d, los 3 elementos que componen la unidad lectora se parovehan de ello y quedan perfect.
Diseño 3D y Fabricación Aditiva FDM
Para la integración del hardware, se han diseñado e impreso piezas en 3D, optimizando al máximo tanto el acabado como la funcionalidad. El uso de esta tecnología ha sido clave para poder ejecutar el proceso de integración de componentes. Me he ayudado de fotos, vernier y regla para realizar un diseño lo más preciso posible. Además, he realizado múltiples pruebas, empleando bastante tiempo y material, para asegurarme de que todo encajase en su lugar y cumpliera con su propósito.
SOFTWARE
El software ocupa una parte importante del proyecto. PlayStationPC no es solo hardware, es un sistema híbrido de emulación y preservación del software de PlayStation. He trabajado con el software y he tenido que ajustarlo o buscar alternativas, dentro de mis posibilidades, para poder aprovechar un hardware custom muy específico. Suena a fumada de lirios, pero nada más lejos de la realidad. Mola tener una unidad óptica, ¿pero Batocera la puede utilizar para cargar juegos? De serie, no. ¿Batocera tiene algún emulador que permita la carga física de juegos? Sí. ¿Cómo puedo hacer que esa funcionalidad del emulador funcione como si de un juego se tratase? Pues modificando. A esto me refiero cuando digo ajustar el software para aprovechar el hardware.
Vamos a ver cómo funciona:
El equipo funciona en modo dual boot:
Batocera Linux
Se inicia por defecto y está personalizado para la emulación de PS1, con soporte para carga de juegos desde disco físico gracias a DuckStation. No es necesario conectar un teclado, salvo para cuestiones avanzadas de configuración, lo cual no es en absoluto habitual, porque este sistema está pensado principalmente para usarse como una videoconsola. He personalizado el aspecto y la experiencia de uso de Batocera, centrándola en el sistema PlayStation. Hay una colección de ROMs de PSX bastante maja y completa, que se puede cambiar o ampliar sin problema. Además, los cambios estéticos son clave para sentirse cómodo: no solo en el aspecto visual, que es muy similar a la interfaz de PS4, sino también en la navegación por los menús y opciones, que se puede hacer con los mandos originales de PS1.
EndeavourOS
Sistema de escritorio basado en Arch Linux, con herramientas para la preservación de software y memory cards. A diferencia de Batocera, que arranca por defecto, aquí sí es necesario conectar un teclado y un ratón, ya que hay que seleccionar el arranque del sistema desde el menú de boot. En el modo escritorio nos encontramos con EndeavourOS, un sistema basado en Arch Linux con escritorio KDE Plasma. El sistema va rápido y ligero, la experiencia me gusta y me sorprende la fluidez con la que se mueve todo, teniendo en cuenta lo limitado que es el hardware. De hecho, he editado los vídeos aquí. No es perfecto, podría ir mejor, pero no me he quejado y he repetido. Muy guay el editor de vídeo Kdenlive. Personalmente, no soy linuxero, aunque uso Linux a diario en mi trabajo, aunque de forma diferente: más como operador con conocimientos limitados que como ingeniero del sistema. Aun así, me apaño. Mi pequeño bagaje me permite no perderme demasiado, y tecnologías como ChatGPT ya están aquí para echarte un cable cuando lo necesitas, sin dar demasiados rodeos por foros o grupos de Telegram. He personalizado estéticamente cuatro cosas, añadiendo un poco de imagen de marca para mejorar la experiencia de producto. También he añadido la tienda Discover. La cuestión es que soy usuario de Steam Deck, y aquí la tengo. Me he acostumbrado y la he integrado.
Memcarduino
Para preservar los datos de las partidas guardadas, he integrado en el PC un Arduino Nano con el firmware memcArduino, lo que añade compatibilidad avanzada con las Memory Card originales de PS1. Mediante el software MemcardRex, podemos leer y escribir Memory Cards originales directamente en el PC. Esto facilita el respaldo y la restauración de partidas guardadas tanto en Batocera como en el sistema original. Gracias a esto, el sistema no solo ejecuta juegos, sino que también permite preservar nuestras partidas de forma segura y sencilla, evitando la degradación de las tarjetas originales con el tiempo. Este montaje, así como el software, me han resultado increíbles. No sé, me parece fascinante, y aún más fascinante me parece que todo esto funcione con software gratuito y de código abierto. Es impresionante lo que la comunidad ha desarrollado a lo largo de los años, permitiéndonos no solo jugar, sino también conservar una parte de la historia de los videojuegos. La sensación de insertar una Memory Card original en el lector y poder gestionar las partidas con total libertad es algo que, como jugador y amante de PlayStation, valoro muchísimo. Es un detalle que cierra el círculo del proyecto y lo hace sentir realmente especial.
Conclusión
Para mí, ha sido un montaje muy entretenido, que me ha tenido unas cuantas horas pensando en el proyecto, sobre todo en el replanteo. A veces, uno se imagina cómo pueden encajar las piezas, pero al probar, la realidad te pone en tu sitio, y eso que tenías tan claro al final toca repensarlo de nuevo. Eso parece una mierda, y de verdad lo es, pero es una mierda que te hace un poco más duro en eso que se llama frustración. Algo que muchas veces se ha intentado evitar socialmente, pero creo que sin ella no sería posible avanzar. Lo he pasado bien y me gusta compartir mi experiencia. Creo que es un proyecto simple en su concepto y algo complejo de parir. Aunque hoy en día ya no está muy de moda hacer máquinas de escritorio o salón dedicadas a la emulación de videojuegos, hay soluciones baratas que mejoran lo presente en cuanto a rendimiento, como por ejemplo una Raspberry Pi. Pero era una espinita que tenía clavada y, gracias a que he ido adquiriendo conocimientos en el uso de tecnologías de diseño y fabricación 3D durante estos años, he podido completarlo tal y como lo tenía pensado. Ni más ni menos. Era lo que quería hacer, y estoy muy contento con el resultado. Un saludo y muchas gracias.
4 comentarios
Añade el tuyo →Madre mía que pasada, felicidades Dani.
Muchas gracias Joaquín!!!
Cuando vi el vídeo ya me imaginé que lo ibas a petar. FELICIDADES.
Todos los equipos están muy bien, es curioso pero si se ve detenidamente te das cuenta que son complementarios entre si, cada uno diferente y encajan sin solaparse en su propósito individual. Todos molan y son espectaculares, muy buen trabajo.